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miércoles, 13 de abril de 2011

Gobierno gastará $300 mil al mes por subsidio a escuelas



» La inclusión de última hora fue anunciada ayer por Funes, quien también decidió extender el subsidio a lo comedores de caridad. Mientras, es un hecho, los padres de familia asumen los gastos.

[los centros escolares contarán con subsidio al gas. El Ministerio de Economía tendrá que censarlos y determinar la cantidad de cilindros que subsidiarán.]

Karla Argueta Martes, 12 de Abril de 2011
EDH

En un nuevo giro al sistema de subsidio al gas, el gobierno se comprometió ayer a gastar por lo menos $300 mil más cada mes con tal de subsidiar a las escuelas públicas que cuenten con programa de alimentación y también a los comedores de beneficencia, que no fueron contemplados por las autoridades, y ahora se encuentran en aprietos, tal como lo publicó El Diario de Hoy.

La modificación fue anunciada ayer por el presidente Mauricio Funes, quien aseguró que ya había dado órdenes al ministro de Economía, Héctor Dada, para que incluyera a los dos sectores que habían sido olvidados.

El Diario de Hoy publicó la semana pasada que son alrededor de 4 mil 946 escuelas las que habían comenzado a verse afectadas por el aumento en el precio del gas, así como varios comedores que atienden a adultos mayores e indigentes por caridad.

En algunos casos, los centros escolares estaban asumiendo el alto costo del cilindro, pero sus directores habían advertido que recortarían el presupuesto de otras áreas; mientras que en otras escuelas, el golpe al bolsillo recae en los padres de familia, afectados ya por el alza en el precio de los alimentos, así como por la reciente subida de los combustibles y la energía eléctrica.

Antes de este cambio el gobierno también había modificado su programa de racionalización con la inclusión de los negocios de subsistencia: pupuserías, tortillerías, panaderías y comedores, que quedaban fuera y cuyo caso fue publicado también por El Diario de Hoy.

La incorporación de estos sectores, sin embargo, sigue siendo una promesa porque la modificación al artículo 9"A" de la ley reguladora del gas licuado aún no ha sido sancionada por Funes.

Por otra parte, el cambio implicará una sensible reducción en el ahorro que Economía había proyectado y por el que justificaba la focalización del subsidio del gas propano.

Los planes del Ministerio eran ahorrar $65 millones, pero con las constantes modificaciones se recortó a $30 millones. A esa cantidad habrá que restarle hoy lo que costará incluir a las escuelas y los comedores de caridad.

Funes no detalló si deberá regresar el dictamen 40 para que sean incluidos los nuevos beneficiados, pero el camino podría tornarse largo, porque Economía deberá censarlos y estimar la cantidad de cilindros que subsidiarán, tal y como lo están haciendo todavía con los comedores.

Por lo menos siete tambos

En promedio, cada escuela consume siete cilindros de gas, y mientras la autoridades no comiencen a desembolsarles el subsidio cada una gastará mensualmente $102.76 para comprar el producto, $67.06 más que años anteriores, lo que representa a escala nacional un total $331 mil 678, que ni por cerca estaban planeados en el presupuesto escolar ni en el bolsillo de los padres.

El Centro Escolar Juana López, situado en San Antonio Abad, es un claro ejemplo: consume alrededor de 14 tambos de gas licuado al mes para alimentar a unos mil 100 niños que cursan desde kínder cuatro hasta 9º grado, en dos turnos.

Su directora, Elizabeth Muñoz, expresó estar preocupada porque de ahora en adelante los padres de familia gastarán $205.52 cada mes para la compra del producto, $134.12 más que cuando el gas tenía subsidio generalizado. Al año, la cifra ascendería a $2,055.20 solo para comprar el gas.

En este centro escolar son los jefes de hogar quienes costean los cilindros, así como el resto de ingredientes para el refrigerio de los estudiantes, porque el presupuesto anual de $12 mil apenas alcanza para cubrir los gastos de mantenimiento, el material didáctico, los productos y el servicio de limpieza, la vigilancia, el teléfono y otros imprevistos, resalta Muñoz.

Sumado a eso, el Mined anunció hace dos semanas a todas las escuelas que sufrirán un recorte presupuestario del 10%. Eso convierte los $12 mil en $10 mil 800 para cancelar la misma cantidad de necesidades.

"De dónde vamos a sacar tanto dinero para ayudar a pagar el gas. Lastimosamente, los golpeados van a ser los papás, porque puedo quitar a las dos señoras que hacen limpieza, pero los niños van a estar en un chiquero", sostuvo Muñoz.

Por el momento, la directora y los maestros han conversado con los jefes de hogar de las 16 secciones para que sea cada grupo el que subsidie los cilindros de gas que utilizarán durante la semana que les corresponda preparar los alimentos de los más de mil alumnos.

Mientras se decide su futuro en el subsidio, la preparación de enchiladas como refrigerio tendrá que esperar, porque para cocinar el platillo se consumen al menos dos tambos de gas, dijo la directora.

En el Centro Escolar Doroteo Vasconcelos, en Ayutuxtepeque, por poner otro ejemplo, los padres de familia también tendrán que asumir los costos de la falta de previsión de las autoridades.

Según su director, Salvador Romero, la escuela proporciona a las madres los insumos para que estas los cocinen en sus casas, y luego los lleven al centro escolar.

"Algunos papás ya nos han comentado que van a tener problemas para pagar el tambo cuando les toque preparar la comida a ellos", aseguró Romero.

En los centros escolares pequeños, el gasto en gas licuado es mucho menor, pero igual de reducido es su presupuesto.

Nelson Morales dirige el Centro Escolar Colonia Santa Lucía, en San Salvador, y mensualmente compra dos cilindros de gas para el comedor escolar, lo que representa casi $30 al mes.

Para conseguir los $19.16 extra que pagarán cada 30 días, Morales aseguró que deberá recortar los gastos de mantenimiento de las instalaciones.

"Dejar de preparar los alimentos para los estudiantes sería algo extremo. Sea como sea tenemos que rebuscarnos, aunque eso signifique dejar de hacer ciertas inversiones que teníamos planeadas", opinó José Berríos, director del Centro Escolar Reino de Dinamarca, en Soyapango.

Ahí asisten 1,300 alumnos y las madres de familia que cocinan gastan mensualmente hasta seis cilindros de gas. Con el nuevo precio, el costo total por los tambos representa el 10% de su presupuesto.

Al igual que Muñoz, Morales se quejó de la falta de respuesta de las autoridades, quienes hasta ayer anunciaron la inclusión del sistema educativo nacional como beneficiarios del subsidio.

Ambos subrayaron que habían advertido al Mined con anticipación sobre el problema económico al que se enfrentarían si no eran incluidos en el nuevo sistema de ayuda para la compra del gas licuado, pero nunca recibieron una respuesta clara.

De hecho, ni siquiera los salvadoreños que ya fueron a los Centros de Atención por Demanda (Cenade) para solicitar el subsidio han obtenido una solución.

"He dado instrucciones para que se acelere la carnetización, el censo de aquellos comedores populares que están en los mercados, que están en las paradas de buses o que se dedican a la producción de pan o tortillas o comida para la clase baja", aseguró el presidente Funes.

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