EL GOBIERNO DEL CAMBIO Acusan a gobiernos anteriores de no haber hecho nada por mejorar la educación, pero tampoco gastaron $400 millones para construirse una imagen y recibir el humo de la adulación
POR TERESA GUEVARA DE LÓPEZ*
Otra bofetada ha sido el ingrato recorte a los ya exiguos presupuestos asignados a las escuelas, que ya no pueden cubrir ni lo más elemental ¿Es por ignorancia, desidia o un plan preconcebido, que el gobierno del cambio ha demostrado un total desprecio por la educación en el país, cuando la inversión en este rubro es la única manera de combatir la pobreza?
Como titular del MINED el profesor Sánchez Cerén, líder en el pasado de protestas para proteger a su gremio, se esperaban planes sumamente ambiciosos para mejorar la calidad educativa, con asesores especializados como el Lic. Picardo. Sin embargo, tras renunciar para alcanzar la presidencia, su mediocre trayectoria resultó dañina, para los intereses de profesores y alumnos. Las asociaciones de maestros siguen reclamando el cumplimiento de su derecho a revisiones salariales. Don Hato, el hombre de los mil oficios, sigue la misma línea que su antecesor, demostrando que la educación no está entre sus prioridades.
Otra bofetada ha sido el ingrato recorte a los ya exiguos presupuestos asignados a las escuelas, que ya no pueden cubrir ni lo más elemental. Pero siguen ensalzando la prohibición de las cuotas de los padres de familia, para apoyar las actividades escolares que no alcanzaban a cubrirse con los presupuestos asignados. Más los permanentes retrasos del Ministerio de Hacienda en sus desembolsos para pagar los sueldos de los profesores, ganado a base de sacrificios. Y la amenaza de modificaciones a la ley de la carrera docente, prohibiendo a los directores de las escuelas dar a conocer sus carencias y necesidades. Una auténtica ley mordaza.
¿Cómo explicar este despropósito, en un Gobierno que prometió cambios, combatir la pobreza y apostarle a la educación? ¿Y que hace alarde de que sus proyectos sociales son los mejor evaluados, dando un altísimo nivel de aceptación al presidente Funes y al MINED? La explicación es evidente: al FMLN y a sus funcionarios no les interesa combatir la pobreza, sino conseguir votos con medidas populistas, como el vaso de leche, almuerzos que afectan los presupuestos de las escuelas, uniformes, zapatos y útiles escolares, que quiebran a los proveedores, y que el pueblo ingenuo agradece con visión de cortísimo plazo. Acusan a gobiernos anteriores de no haber hecho nada por mejorar la educación, pero tampoco gastaron $400 millones para construirse una imagen y recibir el humo de la adulación, como las figuras más populares.
Durante su gestión como ministra de Educación, la Lic. Evelyn Jacir de Lobo presentó un estudio en que demostraba, que si se asignaba un 5% del PIB a la cartera de Educación, en pocos años se lograría que el bajo promedio de escolaridad de 5 años, que vergonzosamente el país todavía ostenta, podría elevarse a 9 años. Y que con dicha mejora en la calidad educativa, mediante una mayor inversión, en 50 años la pobreza había sufrido una considerable reducción al tener ciudadanos mejor preparados, aspirando a mejores salarios.
En el presente, la situación no ha cambiado. Seguimos asignando el mismo 3% del PIB a educación (Costa Rica tiene el 10%), nuestras escuelas siguen en ruinas, lo que es una de las causas de la deserción escolar; nuestros profesores mal pagados, los alumnos no están preparados para competir en pruebas internacionales, no hay recursos para inglés y tecnología, y la posibilidad de que nuestros jóvenes puedan aspirar a mejores salarios, está cada vez más lejos, por la deficiencia de su preparación. Pero a los señores del Frente, eso no les quita el sueño: siempre y cuando obtengan altas notas de aceptación para aumentar su ya inmenso ego, y más votos en las próximas elecciones, de una población mantenida en la ignorancia.
*Columnista de El Diario de Hoy.
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