La tercera tiene como explicación las dos primeras. Pero falta una: el sistema de contratación de maestros privilegia la antigüedad en la graduación. Es decir a los que tienen más tiempo de estar graduados y desempleados.
Esta perversidad en la contratación debe abordarse por las implicaciones que tiene en la integralidad de los servicios educativos. No importa cuánto tiempo el docente ha estado desempleado sobreviviendo como dependiente de tienda de cualquier tamaño; o como empresario en servicios de transporte, de seguridad o de alimentación; o como empleado por cuenta propia haciendo lo que puede. Basta estar en lista de espera para que llegue el turno y se le contrate. Y ¡hay 40, mil o más en lista de espera! La antigüedad le da “derecho”. Las competencias se olvidan.
¿Evaluación de la actualización de competencias? Nada que ver. Y a los docentes en servicio tampoco se les exige para cambiar de categoría ni clase escalafonaria. La antigüedad da derechos y la ley los protege. Esta perversa realidad ha obligado al Ministerio de Educación (MINED) a invertir millones de dólares en capacitación docente. Y aunque el diagnóstico no menciona nada de esfuerzos previos, es evidente la ineficaz aunque millonaria estrategia que viene de hace muchos años. Ineficaz porque no se traduce en aprendizaje efectivo y menos, significativo. La inversión no se ve y no se siente.
Comparto con el MINED que es fundamental diseñar un Sistema Nacional de Formación a docentes en servicios. Pero... Habremos logrado cambios sustanciales en educación cuando los estudiantes 10 en PAES, que no son muchos, busquen formarse como docentes. Habremos logrado cambios sustanciales cuando para ingresar a la formación en profesorados se exija una nota mínima de 8 en la PAES. Habremos logrado cambios sustanciales cuando se flexibilice la contratación de docentes para que cualquier profesional, en cualquier disciplina, pueda incorporarse al aula mediante cursos o diplomados que le aseguren la competencia pedagógica. Habremos logrado cambios sustanciales en la formación y el desempeño docente cuando el cambio de escalafón exija certificación y esté condicionado a la participación autofinanciada en cursos especializados de al menos 160 horas anuales. Habremos logrado cambios significativos cuando los términos de referencia de los contratos de docentes especifiquen resultados y productos esperados verificables en aprendizajes efectivos y alumnos atendidos. Y, entre otros, habremos logrado cambios significativos cuando las escuelas sean escuelas con servicios comparables administrados por directores específicamente contratados para ejercer la gerencia escolar con liderazgo.
Estos cambios exigen visión y acuerdos políticos porque convienen a todos pero afectan a una minoría con derechos por antigüedad adquiridos. El MINED ha dado un primer paso. Ya inició con el Plan Nacional de Formación Docente en Servicio en el Sector Público. En tres años se espera actualizar a los docentes en servicio en disciplinas científicas, artísticas y deportivas para que impulsen una estrategia de reconversión y actualización masiva. Es ambicioso.
¿Será posible la actualización profesional con fondos públicos? Esta pregunta no puede ni debe encontrar respuesta en las declaraciones de los dirigentes de las gremiales docentes que “rechazan capacitarse los sábados” porque la estrategia del MINED viola la Ley de Asuetos, Vacaciones y Licencias de los Empleados Públicos. Penosas declaraciones que ocuparon página entera en LPG de esta semana. Penosas porque cualquiera puede pensar que estos dirigentes “representan” y reflejan la postura de todos los docentes del país. Y con esta percepción, cualquiera se pregunta ¿y en manos de quiénes está la educación?
¿Será posible? En principio los ciudadanos podemos tener esperanza de que el nuevo intento del MINED caiga en tierra fértil. Ojalá. Una de las participantes en la jornada sabatina comentó que en una de las 3 sedes, la de Santa Tecla, se presentaron 1,060 docentes a capacitación. El número fue mayor al esperado, la meta fueron 720. ¿Qué significa esto? Seguramente que la mayoría de docentes tiene interés en mejorar sus competencias. Ojalá los medios de comunicación entrevistaran a los participantes para conocer sus expectativas porque quedarse con información de los dirigentes gremiales distorsiona la realidad.
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