La fase piloto que se desarrollará durante tres años en 42 centros escolares ya está financiada, pero el resto de recursos penden de la buena voluntad de los países amigos.
Escrito por German Rivas
Domingo, 08 mayo 2011 00:00
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Para implementar el proyecto educativo Escuela Inclusiva de Tiempo Pleno (EITP), el Ejecutivo requiere de $175 millones, los cuales busca obtener mediante cooperación internacional, como se hace con la fase piloto.
Actualmente, el Ministerio de Educación (MINED) ejecuta dicha fase de la EITP en 22 escuelas, la cual tendrá una duración de tres años (2011 a 2013) hasta totalizar 42 centros escolares.
“Este proyecto de tres años está completamente financiado mediante un convenio que se firmó con Italia. En la generalización del proyecto que estamos desarrollando estimamos una inversión de $175 millones”, afirmó Eduardo Badía Serra, viceministro de Educación.
De acuerdo al MINED, la generalización de la EITP llevará siete años en función de los resultados de la experiencia piloto, para lo cual también espera que Italia brinde su apoyo.
El financiamiento italiano para la fase piloto asciende a $5.2 millones, de los que un 75% será destinado a la adecuación de las escuelas para que cumplan su función de ser inclusivas.
La contrapartida de Educación proviene de “presupuesto recurrente”, utilizado para la contratación de maestros que cumplirán con las necesidades que conlleva el proyecto y la adquisición de instrumental. A la fecha, el MINED afirma que ha distribuido 146 docentes en las 22 escuelas piloto.
Una de las mayores cargas no relacionadas a la inversión en infraestructura es el otorgamiento de almuerzos, ya que la EITP conlleva la ampliación del horario escolar en 15 horas más, pasando de 25 a 40 horas por semana.
Badía Serra explicó que no en todas las escuelas se entrega almuerzo, sino solo en aquellas en las que se implementa la EITP en su variante clásica.
“Incluso dentro de una misma modalidad hay diferentes esquemas, porque las necesidades y estructura de la comunidad son diversas”, indicó.
Para el caso del programa de nuclearización, con un plan piloto en tres zonas del país, el MINED dispone de $2 millones, mientras que las necesidades ascienden a $10 millones.
“Los otros $8 millones los estamos buscando y los vamos a encontrar. La mayor resistencia que tenemos es la duda y nosotros decimos que se podrá”, aseguró Badía Serra.
Entre los principales países cooperantes con que cuenta el MINED están Italia, España, Gran Ducado de Luxemburgo, Taiwán, Estados Unidos, y organismos internacionales como la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI), UNICEF y FAO.
Según el viceministro, la acogida de estos programas por parte de los cooperantes internacionales es tal que “nunca la habíamos visto tan entusiasmada”.
Las Repúblicas de Corea y Japón, junto al Banco Mundial, también contribuyen con otros programas calificados por el MINED como proyectos insignia dentro de su plan social educativo Vamos a la Escuela.
Valoraciones
Helga Cuéllar Marchelli, gerente de la sección de educación de la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (FUSADES), consideró que se debe valorizar la factibilidad de ambos proyectos piloto antes de generalizarlos.
“Se debe ir avanzando en su implementación de manera gradual. Pero tenemos que tener claridad en donde están las prioridades”, consideró.
Según FUSADES, la mayor atención se debe poner en la calidad de la educación a nivel primario, pero en el secundario la prioridad debe ser la equidad, mientras que en parvularia tanto calidad como equidad.
En tanto, Felipe Rivas, vicepresidente de la Fundación Innovaciones Educativas Centroamericanas (FIECA), puntualizó en que depender de la cooperación internacional para desarrollar programas insignia es un gran riesgo. A su juicio, las fases piloto bien pueden iniciar con cooperación, pero luego debe buscarse la sostenibilidad con recursos del Estado y compromiso del país.
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