Pugnas desgastan a escuelas e institutos

El clima de muchos centros de enseñanza básica y media está en crisis, debido a que la falta de acuerdos entre el director y los docentes crea divisiones que involucran a padres y a estudiantes. Lo que compete a la enseñanza queda relegado



Susana Joma
Domingo, 30 de Mayo de 2010

Muchas escuelas del país se estancan como resultado de conflictos internos. Aunque siempre han existido diferencias entre docentes, directores y padres, el hecho es que, en las últimas semanas, estos problemas han salido a luz pública, asociados a conductas con signos de violencia física y psicológica.

Entre los hechos recientes está el del Instituto Nacional Técnico Industrial (INTI), en el que algunos alumnos lanzaron piedras a la oficina del subdirector y trataron de agredirlo, bajo el argumento de que estaba propiciando la salida del actual director. La historia se repitió en el Centro Escolar Gustavo Marroquín, cuando alumnos de educación básica, encapuchados, suspendieron clases y con actitudes violentas y lenguaje ofensivo rechazaron a la directora interina de la tarde. En esa oportunidad se habló del descontento que había por parte de algunos profesores.

En otro caso, la semana pasada, maestros del Complejo Educativo Walter Soundy, de Santa Tecla, mantuvieron suspendidas las clases durante casi cuatro días para obligar a la directora a dejar el cargo. Tuvieron éxito y se comprometieron a recuperar las clases, pero lo cierto es que el estira y encoge dividió a la planilla docente y a los alumnos, quienes no sabían a qué lado inclinarse. Eso se volvió a ver esta semana en el Centro Escolar Daniel Hernández, de la misma localidad, con el mismo resultado.

El problema no es expresar lo que esta mal, el problema es cómo se hace. Lo que lleva a preguntarse ¿qué hay detrás de tanta pugna? y ¿porqué los profesionales de la educación no logran llegar a soluciones en cuestiones elementales?. Sandra Alas, directora de Gestión Departamental del Ministerio de Educación, considera que esto podría deberse a que durante mucho tiempo las relaciones entre maestros y estudiantes, inclusive con las familias, no marchó con un enfoque de "participación y democracia" en la toma de decisiones sobre la organización, las actividades y las normas que rigen la institución.

"La administración de nosotros no se caracteriza por la imposición ni por el autoritarismo, sino por buscar el consenso, el diálogo, la comunicación. Y esto creo que también ha generado que los equipos docentes, las familias puedan expresarse con mayor libertad acerca de las diferencias que ocurren en las instituciones", aseguró Alas.

Insistió en que el ministerio considera que las estructuras que forman los centros, entre ellos los consejos estudiantiles, de maestros y los organismos de administración - Consejos Directivos Escolares, Asociaciones Comunales Educativas o Consejos Educativos Católicos, deben fortalecerse.

Nelson Aparicio, director del Complejo Educativo Dr. Arturo Romero, de Ahuachapán, opina que en muchos casos los conflictos internos están vinculados a la falta de liderazgo de quienes ocupan esos cargos, y a la incapacidad de crear estrategias que les permitan abordar los problemas bajo el esquema del diálogo y el respeto. "El clima laboral es palpado por los estudiantes. Saben si los profesores y directores tienen liderazgo y eso pueden utilizarlo", asegura al respecto el especialista en Educación, Oscar Picardo.

Añade otros factores que pueden incidir de forma adversa en las relaciones entre los docentes y otros miembros de la comunidad educativa: la falta de liderazgo de algunos educadores, el déficit de espacio en las escuelas, la escasez de materiales y equipos de trabajo, la realidad familiar en torno a lo económico y el asedio de las maras que los mantiene bajo estrés. La ausencia de normas de convivencia claras, por la falta de consenso y de actitudes profesionales, pueden ser punto de discordia, por parte de alumnos o docentes.

En el caso de los docentes el rechazo a las reglas, la apatía a los proyectos y la permisividad frente a la mala conducta de los alumnos pueden estar vinculados con la frustración que sienten ante hechos adversos que los rodean. Pero también pueden deberse a intereses por los cargos de dirección.

La siquiatra Wendy Araujo explica que la resistencia que los alumnos ponen a las reglas escolares y a las orientaciones de docentes y directores se debe a que los padres no hacen valer su autoridad como cabeza de hogar. Precisa que eso también influye en la forma como se relacionan con otros.

Araujo hace notar que la mayoría de padres y madres están errados al pensar que la escuela tiene todo el compromiso de educar a sus hijos, cuando son ellos los que tienen esa responsabilidad. "Si un padre está consciente de que su hijo asiste a la escuela para formarse académicamente, él va a complementar con valores y a disciplinarlo", detalló.

Luis Mario López, de Bienestar Magisterial, y Manuel Molina, del Sindicato de Maestros Educo, aceptan también que existen docentes con poco compromiso y madurez. Molina añade que lastimosamente hay maestros que por su cuenta, o en alianza con maras, amenazan y extorsionan a colegas, como lo hacen algunos alumnos. Por ello asegura que a diario se conoce de solicitudes de traslado inmediato.

De cara a este panorama, Felipe Rivas, especialista en educación, advierte la necesidad de que el gobierno retome y lleve a todos los centros educativos programas integrales y sostenibles de mediación de conflicto, así como otros esfuerzos orientados a mejorar la convivencia; entre ellos, los que permiten a niños y jóvenes desarrollar habilidades como la pintura, la música, el deporte, entre otros. La sugerencia del especialista, quien llama a no perder la esperanza de encontrar salidas, es válida si se considera que cada año aumenta la población escolar y es más difícil el manejo en las aulas. Los gremios reconocen que es en aquellos centros más grandes donde las plantas docentes tienden a dividirse en bandos.