En la escuela de La Calzada, en la isla del mismo nombre, la falta de cuatro docentes ha hecho que la responsabilidad de las nueve secciones recaiga en un solo maestro
Texto: Regina Miranda Fotos: Lissett Monterrosa Jueves, 2 de Febrero de 2012
Aunque hay 200 alumnos inscritos, solamente un maestro asiste a dar clases a la escuela cantón La Calzada, en la isla del mismo nombre, en San Luis La Herradura. Los otros cuatro maestros (incluido el director) no llegan por diferentes razones.
Rafael Ernesto Benítez lleva 13 años como profesor en la escuela de La Calzada y este año atiende a los alumnos desde parvularia hasta noveno grado, en el turno de mañana y tarde. Aunque originalmente le asignaron solo segundo y sexto grado.
"Claro, al ver que la escuela sólo tiene profesor para nueve secciones, los padres no mandan a los hijos. Desde que comenzó el año escolar, el 23 de enero, la asistencia ha sido variada entre 20 y 40 asistentes", dice Benítez.
Según el docente, fueron 200 alumnos matriculados para 2012, pero ante las irregularidades de la escuela, asiste menos de la cuarta parte de los inscritos.
La mayoría de los habitantes de la Calzada no pueden mandar a sus hijos a la escuela del caserío El Ranchón, puesto que ello significa pagar dos dólares diarios de transporte, ya que deben viajar en un pick-up que los lleva de un extremo de la isla al otro. Si lo hicieran a pie, tardarían unos 45 minutos.
"Yo tendría que tener seis dólares diarios para darles, o por lo menos tres para que se fueran o vinieran en el pick-up al Ranchón, pero ni bicicletas tienen mis hijos y yo cómo voy a tener ese dinero si gano $1.15 al día", dice Consuelo Escobar Flores, quien se dedica a la extracción de curiles, y su venta diaria se resume en una docena.
Pero en la escuela de La Calzada, la falta de maestros no es el único problema.
Miembros de la Asociación Comunal para la Educación (ACE), entidad integrada por padres de familia que administran la escuela, han tratado de que Benítez desista de dar clases a los pocos alumnos que asisten, de acuerdo con lo expresado por algunos padres de familia.
"La ACE nunca nos ha informado a nosotros, de la comunidad, sobre los gastos que hacen para la escuela, nosotros no nos damos cuenta", dijo otro lugareño.
El día de la visita a la isla se intentó conocer la versión de los miembros de la ACE, pero se dijo que en ese momento no se encontraban.
"Nosotros como padres de familia le damos gracias al profesor porque no ha temido a las amenazas y no ha dejado de dar las clases. Yo fui testigo como le pusieron un candado en el portón de la escuela dejando al maestro adentro. Él tuvo que llamar a la Policía para abrir", dijo Felipe García, quien tiene tres hijos inscritos, dos en octavo grado y uno en primero.
Otro de los inconvenientes que afronta esa comunidad educativa es que, debido a la ausencia del director de esa escuela, los alumnos que cursaron el noveno grado el año pasado no pueden inscribirse en bachillerato porque no hay quien firme los certificados, y la dirección departamental aún no da solución.
"Uno mira con qué esfuerzo pone a sus hijos a estudiar, mi hija está en primero de bachillerato, pero le están exigiendo el certificado, si no, le han dicho que la van a sacar; y todo lo que uno ha invertido. Todo porque las autoridades no toman en cuenta los problemas de La Calzada", lamenta Ena Ponce.
Óscar Enrique Amaya, un joven de 17 años que salió de noveno grado el año pasado, no se matriculó en el Instituto Nacional de la Herradura, porque sus padres le dijeron que sin el certificado realizarían un gasto innecesario, por ese motivo el joven se encuentra en su casa.
Se intentó conocer la postura de la directora departamental de La Paz, Patricia Alvarado de Osorio, pero no correspondió a las llamadas a su celular.
Padres de algunos alumnos explicaron que la ausencia del director estaría relacionada con problemas legales, dos de las maestras han solicitado traslado de escuela y a otro maestro se le terminó el contrato y no fue renovado.
Los problemas en la planta docente también han dificultado que los alumnos reciban los útiles del paquete escolar. Y pese a todos los obstáculos, hay un grupo de niños que sigue llegando a la escuela, porque mantiene su deseo de aprender y superarse.
¿Hay clases, profe?, es la pregunta que diariamente le hacen a Rafael Benítez, a lo que responde: "Llegá a la escuela".
Rafael Ernesto Benítez lleva 13 años como profesor en la escuela de La Calzada y este año atiende a los alumnos desde parvularia hasta noveno grado, en el turno de mañana y tarde. Aunque originalmente le asignaron solo segundo y sexto grado.
"Claro, al ver que la escuela sólo tiene profesor para nueve secciones, los padres no mandan a los hijos. Desde que comenzó el año escolar, el 23 de enero, la asistencia ha sido variada entre 20 y 40 asistentes", dice Benítez.
Según el docente, fueron 200 alumnos matriculados para 2012, pero ante las irregularidades de la escuela, asiste menos de la cuarta parte de los inscritos.
La mayoría de los habitantes de la Calzada no pueden mandar a sus hijos a la escuela del caserío El Ranchón, puesto que ello significa pagar dos dólares diarios de transporte, ya que deben viajar en un pick-up que los lleva de un extremo de la isla al otro. Si lo hicieran a pie, tardarían unos 45 minutos.
"Yo tendría que tener seis dólares diarios para darles, o por lo menos tres para que se fueran o vinieran en el pick-up al Ranchón, pero ni bicicletas tienen mis hijos y yo cómo voy a tener ese dinero si gano $1.15 al día", dice Consuelo Escobar Flores, quien se dedica a la extracción de curiles, y su venta diaria se resume en una docena.
Pero en la escuela de La Calzada, la falta de maestros no es el único problema.
Miembros de la Asociación Comunal para la Educación (ACE), entidad integrada por padres de familia que administran la escuela, han tratado de que Benítez desista de dar clases a los pocos alumnos que asisten, de acuerdo con lo expresado por algunos padres de familia.
"La ACE nunca nos ha informado a nosotros, de la comunidad, sobre los gastos que hacen para la escuela, nosotros no nos damos cuenta", dijo otro lugareño.
El día de la visita a la isla se intentó conocer la versión de los miembros de la ACE, pero se dijo que en ese momento no se encontraban.
"Nosotros como padres de familia le damos gracias al profesor porque no ha temido a las amenazas y no ha dejado de dar las clases. Yo fui testigo como le pusieron un candado en el portón de la escuela dejando al maestro adentro. Él tuvo que llamar a la Policía para abrir", dijo Felipe García, quien tiene tres hijos inscritos, dos en octavo grado y uno en primero.
Otro de los inconvenientes que afronta esa comunidad educativa es que, debido a la ausencia del director de esa escuela, los alumnos que cursaron el noveno grado el año pasado no pueden inscribirse en bachillerato porque no hay quien firme los certificados, y la dirección departamental aún no da solución.
"Uno mira con qué esfuerzo pone a sus hijos a estudiar, mi hija está en primero de bachillerato, pero le están exigiendo el certificado, si no, le han dicho que la van a sacar; y todo lo que uno ha invertido. Todo porque las autoridades no toman en cuenta los problemas de La Calzada", lamenta Ena Ponce.
Óscar Enrique Amaya, un joven de 17 años que salió de noveno grado el año pasado, no se matriculó en el Instituto Nacional de la Herradura, porque sus padres le dijeron que sin el certificado realizarían un gasto innecesario, por ese motivo el joven se encuentra en su casa.
Se intentó conocer la postura de la directora departamental de La Paz, Patricia Alvarado de Osorio, pero no correspondió a las llamadas a su celular.
Padres de algunos alumnos explicaron que la ausencia del director estaría relacionada con problemas legales, dos de las maestras han solicitado traslado de escuela y a otro maestro se le terminó el contrato y no fue renovado.
Los problemas en la planta docente también han dificultado que los alumnos reciban los útiles del paquete escolar. Y pese a todos los obstáculos, hay un grupo de niños que sigue llegando a la escuela, porque mantiene su deseo de aprender y superarse.
¿Hay clases, profe?, es la pregunta que diariamente le hacen a Rafael Benítez, a lo que responde: "Llegá a la escuela".
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