¿Una nueva Reforma Educativa?

Escrito por Ricardo Bracamonte
Domingo, 27 marzo 2011 00:00

Menudo reto se ha propuesto el Ministerio de Educación con el anuncio de la nuclearización del sistema educativo, base para implementar el modelo Escuela Inclusiva de Tiempo Pleno, según leemos en una reciente edición de LA PRENSA GRÁFICA.


Con solo leer el artículo escrito por German Rivas, nos damos cuenta de que se trata de un enfoque nuevo que requiere infraestructura, transporte, modificaciones al currículo, capacitación al personal, reestructurar las leyes del sistema educativo. Requiere de mucho dinero, pero por sobre todo, de un significativo y real cambio de actitud de todo mundo, en especial de los maestros. Damos por descontada la decisión política que según la nota de LPG está garantizada por el ministro de Educación y los demás titulares. Esto es básico por cuanto los obstáculos que hay que vencer no son pocos y se necesita de un soporte sólido en el Ejecutivo que garantice que muchos problemas al interior del sistema educativo deben ser superados.

¿Dinero? Seguramente habrá colaboración de algunos organismos internacionales y, sin duda, algún soporte gubernamental. Aunque no mucho. Adoptar esta ruta es seguramente menos cara que otras opciones.

Pero el desafío clave está en la actitud de los docentes y directores de los diferentes centros educativos quienes de pronto se verán inmersos en un nuevo modelo que requerirá alto grado de solidaridad, una nueva visión más integrada de las disciplinas que imparten y una permanente movilización en todo el circuito educativo que se cree.

Aquí los gremios tienen un alto grado de responsabilidad y una enorme oportunidad de orientar esta nueva visión a los docentes. Las negociaciones con el MINED deben involucrar este aspecto para que los resultados sean de beneficio para toda la comunidad. De todas maneras, una propuesta de este tamaño requiere, en primer lugar, una alta dosis de paciencia y de gradualidad. Mejor ir paso a paso y acabadamente, como decía Amós Comenio en su decálogo, que arrebatarse y echar a perder los esfuerzos iniciales.

Una propuesta de estas dimensiones requiere alta dosis de participación no solo de la comunidad educativa, sino de las instituciones locales para ir construyendo un todo solidario que empuje este nuevo proyecto de educación integradora. Junto a esta búsqueda de participación social, se necesita indudablemente de un grupo de expertos nacionales y locales que den seguimiento constante y reformulaciones oportunas a este proyecto inédito en este país. Esto lleva consigo un alto grado de intercambio de opiniones y de discusiones tan necesario para que la participación se incremente en cantidad y calidad.

El periódico señala que la nuclearización incluye la Escuela Inclusiva de Tiempo Pleno, el ordenamiento de recursos en los espacios de las aulas y el reordenamiento de docentes en regiones; también habla del rediseño de los gobiernos escolares a fin de buscar un solo sistema que dirige la escuela. Enormes paquetes que requieren alta dosis de sacrificio. Las cartas están echadas y hay que empezar a caminar; no hay tiempo que perder. En educación los avances son más lentos que en otras áreas del gobierno y los resultados se ven a largo plazo.

Sin lugar a dudas, se trata de una nueva reforma educativa muy cercana a la descentralización de las decisiones y la desconcentración de servicios, base de los nuevos modelos de democratización que vienen sonando en muchos países latinoamericanos.