ÚLTIMA ACTUALIZACIÓN: 15 DE JUNIO DE 2013 15:47 | POR CARLOS HERNÁNDEZ
Los esfuerzos del gobierno por reducir la violencia en el país incluyen las aulas de clase, especialmente las de nivel medio, donde se registra un alto índice de ausentismo escolar.
En este sentido, el viceministro de Educación, Héctor Samour, afirmó que en El Salvador la cobertura de bachilleratos públicos a nivel nacional se encuentra a un 38%, es decir que el 62% de la población estudiantil no tiene las facilidades de alcanzar este grado de escolaridad.
“Efectivamente, hemos visto que son menores los índices de violencia en sectores donde se encuentran bachilleratos y conocemos las deficiencias que tenemos en esta área, por lo tanto estamos buscando la manera de solucionarlas durante el tiempo que nos queda en esta gestión”, señaló.
Pero para el secretario general del Sindicato de Maestros del programa Educo (Simeduco), Manuel Molina, la postura que plantea el viceministro es diferente, porque aseguró que la actual gestión del Mined mantiene los procesos engorrosos de anteriores administraciones, los cuales impiden la ampliación la cobertura.
“Ellos tienen la posibilidad de fundar bachilleratos, pero ponen una de trabas para hacerlo, que un sanitario para cada 25 estudiantes, las mediciones de la aulas, las ventilaciones y el espacio. En este país no es así, no sé de dónde trajeron esas regulaciones”, reclamó Molina.
A tales señalamientos, el vicetitular respondió que la actual gestión ha logrado contribuir con un 8% al desarrollo de esta área, que se encontraba a un 30% en las administraciones anteriores.
“Es de recordar que este es un proceso y no podemos hacer un avance significativo de la noche a la mañana”, manifestó.
Pese a esto, el sindicalista manifestó que muchos terrenos donde se encuentran construidas las escuelas se encuentran cedidas en comodato por parte de alcaldías, personas naturales e iglesias, lo que imposibilita la expansión de los centros escolares.
“En varias escuelas ha dicho que no pueden construir, debido a que terreno es cedido por la figura de comodato, por lo que ambas partes se deben poner de acuerdo para poder construir pero a la velocidad con las que se hacen las cosas aquí parece imposible”, exclamó.
Sin embargo, Samour aceptó que el escaso progreso dificulta la educación de los jóvenes, ya que en el mejor de los casos, algunos se abocan a las escuelas privadas más cercanas, pero otro grupo al no ver un futuro próspero opta por seguir en los “malos caminos”.
“Los espacios como los bachilleratos son esenciales para el combate de la violencia en el país, pero es escasa la cobertura que se nos fue heredara desde varios años atrás, donde se debió de iniciar algunos proyectos pero nunca se ejecutaron”, lamentó Samour.
Asimismo aseguró que el panorama cambiará este año, porque en lo que resta de su gestión tienen planeado una inversión de $91 millones, del cual un gran porcentaje será destinado para la construcción o remodelación de bachilleratos.
“Tenemos varias fuentes de financiamiento, como la cooperación italiana y otras entidades que nos han expresado su apoyo para desarrollar estos proyectos”, indicó.
No obstante, Molina arremetió en contra la rectora de la educación salvadoreña, al asegurar que estas promesas siempre se han mantenido y no se han ejecutado, además cuestionó la forma de trabajo que se realiza a nivel básico.
“Los jóvenes de noveno grado salen preparados solo para que vayan a trabajar en la maquilas, o que se vayan de mojados a Estados Unidos o para repartidores de agua, afirmó.
“A los alumnos salvadoreños nunca se le ha apostado para que vayan para la universidad, sino que se mantengan trabajando en cosas con poca tecnificación que solicitan algunas empresas”, agregó.
Dijo que para tener una buena educación en el país en los diferentes niveles es necesaria la inversión de por lo menos un 5.0% del Producto Interno Bruto del país, el cual actualmente se encuentra a un 3.2%.
Para poder palear esta problemática, algunas ONGs aportan desde años atrás proyectos con el afán de darle continuidad a los estudios de decenas de jóvenes.
Uno de ellos es Plan El Salvador, entidad que se encarga en los municipios más empobrecidos, como en el sector paracentral del país.
De acuerdo a información brindada por la institución, entre las formas de contribución que hacen con los jóvenes es el pago de transporte, media beca o apoyo con la adquisición de material didáctico.
Pero esto depende también de un estudio socio económico y académico, en el cual realiza la entidad para aplicar a este proyecto, concluyó.
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