En Polorós y Nueva Esparta
» Las costureras se capacitaron, pero ahora no las contratan, dicen con decepción
Maynor Ruiz Domingo, 10 de Julio de 2011
EDH
Para un centenar de mujeres de los municipios Polorós y Nueva Esparta, en el norte de La Unión, la posibilidad de ser las encargadas de confeccionar uniformes para más de 50 escuelas les abría la posibilidad de poder generar ingresos. Sin embargo, resienten que buena parte del trabajo no se les ha otorgado a ellas, sino a talleres y pequeñas empresas de fuera del departamento. Esto se traduce en desempleo para ese grupo de costureras.
Digna Morán es una de las afectadas que luego de que el Gobierno anunció que otorgaría el trabajo a los artesanos de cada municipio, se puso en contacto con unos 25 sastres y costureras de los municipios de Polorós y Nueva Esparta para agruparse y así hacer una buena oferta de mano de obra.
En 2010 el taller de Morán logró confeccionar uniformes para 28 escuelas, logrando superar los tiempos de entrega que el Ministerio de Educación pedía, muchos sin haber recibido aún el pago correspondiente. "Entregamos los uniformes con la convicción de que los niños ya no asistieran a la escuela con los uniformes viejos y para que hubiese mejor orden", explicó Morán. Tras la buena experiencia, que según las trabajadoras habían tenido, más mujeres se entusiasmaron.
El Fondo del Milenio (Fomilenio) ofreció un taller de corte y confección y más de 100 mujeres se inscribieron para asistir a las 300 horas de capacitación, con la esperanza poder ganarse unos seis dólares diarios en la confección de uniformes.
Sin embargo, este año al taller sólo le asignaron la confección de uniformes de 24 escuelas, las cuales tienen una población estudiantil que no supera los 80 estudiantes cada una; caso contrario al año pasado, cuando las escuelas superan los 300 alumnos.
Debido a esa reducción no todas las mujeres que se capacitaron pudieron ser empleadas en el taller, el cual tiene infraestructura para albergar 50 empleados, según Morán.
Los técnicos de la Comisión Nacional de la Micro y Pequeña Empresa (Conamype) le argumentaron a la costurera que no le podían asignar más trabajo al taller por la capacidad de maquinaria y espacio de trabajo que este tiene para trabajar.
"No tomaron en cuenta a las más de 25 personas que trabajan en sus casas, a ellos nosotros ya les damos las piezas cortadas y cada semana vienen a dejar lo que han hecho y se llevan más trabajo", argumenta Morán.
Debido a la disminución de la cantidad de uniformes a confeccionar, 50 costureras se quedaron sin empleo.
"Nosotros verificamos la capacidad de piezas que puede producir un taller al día, cuanta maquinaria tiene y de que tipo de maquinaria, no se toma en cuenta el equipo que tienen ni los que trabajan desde sus casas, porque no tenemos un mecanismo para comprobarlo", argumenta Roberto Gómez, técnico de desarrollo económico local de Conamype regional San Miguel.
Pero Morán afirmó que "tenemos la capacidad de hacer uniformes para más escuelas, sólo es necesario que se nos dé más trabajo y que no se los dé a talleres de fuera del departamento, así se podrá favorecer a más mujeres de la localidad".
Muestra de la rapidez con que trabaja este taller es que de los uniformes de la primera entrega el 100% ya está elaborado y un 60% ya fue entregado, a pesar que de estos de momento solo han recibido el 10% de la cancelación. "Hemos apelado al buen corazón de las autoridades que nos los cancelarán" , dijo Morán.
Según Manuel Molina, secretario general del Simeduco, el problema en el atraso de la cancelación a los artesanos no es exclusivo de los talleres en la zona oriental. "Esta problemática es generalizada. Muestra de ello es que hasta el 1 de julio se ha comenzado a realizar los trámites para cancelar el 70% de los gastos del primer uniforme", dice el afiliado.
Indica que en este momento se realiza el proceso para comprar el segundo uniforme escolar, expuso.
Digna Morán es una de las afectadas que luego de que el Gobierno anunció que otorgaría el trabajo a los artesanos de cada municipio, se puso en contacto con unos 25 sastres y costureras de los municipios de Polorós y Nueva Esparta para agruparse y así hacer una buena oferta de mano de obra.
En 2010 el taller de Morán logró confeccionar uniformes para 28 escuelas, logrando superar los tiempos de entrega que el Ministerio de Educación pedía, muchos sin haber recibido aún el pago correspondiente. "Entregamos los uniformes con la convicción de que los niños ya no asistieran a la escuela con los uniformes viejos y para que hubiese mejor orden", explicó Morán. Tras la buena experiencia, que según las trabajadoras habían tenido, más mujeres se entusiasmaron.
El Fondo del Milenio (Fomilenio) ofreció un taller de corte y confección y más de 100 mujeres se inscribieron para asistir a las 300 horas de capacitación, con la esperanza poder ganarse unos seis dólares diarios en la confección de uniformes.
Sin embargo, este año al taller sólo le asignaron la confección de uniformes de 24 escuelas, las cuales tienen una población estudiantil que no supera los 80 estudiantes cada una; caso contrario al año pasado, cuando las escuelas superan los 300 alumnos.
Debido a esa reducción no todas las mujeres que se capacitaron pudieron ser empleadas en el taller, el cual tiene infraestructura para albergar 50 empleados, según Morán.
Los técnicos de la Comisión Nacional de la Micro y Pequeña Empresa (Conamype) le argumentaron a la costurera que no le podían asignar más trabajo al taller por la capacidad de maquinaria y espacio de trabajo que este tiene para trabajar.
"No tomaron en cuenta a las más de 25 personas que trabajan en sus casas, a ellos nosotros ya les damos las piezas cortadas y cada semana vienen a dejar lo que han hecho y se llevan más trabajo", argumenta Morán.
Debido a la disminución de la cantidad de uniformes a confeccionar, 50 costureras se quedaron sin empleo.
"Nosotros verificamos la capacidad de piezas que puede producir un taller al día, cuanta maquinaria tiene y de que tipo de maquinaria, no se toma en cuenta el equipo que tienen ni los que trabajan desde sus casas, porque no tenemos un mecanismo para comprobarlo", argumenta Roberto Gómez, técnico de desarrollo económico local de Conamype regional San Miguel.
Pero Morán afirmó que "tenemos la capacidad de hacer uniformes para más escuelas, sólo es necesario que se nos dé más trabajo y que no se los dé a talleres de fuera del departamento, así se podrá favorecer a más mujeres de la localidad".
Muestra de la rapidez con que trabaja este taller es que de los uniformes de la primera entrega el 100% ya está elaborado y un 60% ya fue entregado, a pesar que de estos de momento solo han recibido el 10% de la cancelación. "Hemos apelado al buen corazón de las autoridades que nos los cancelarán" , dijo Morán.
Según Manuel Molina, secretario general del Simeduco, el problema en el atraso de la cancelación a los artesanos no es exclusivo de los talleres en la zona oriental. "Esta problemática es generalizada. Muestra de ello es que hasta el 1 de julio se ha comenzado a realizar los trámites para cancelar el 70% de los gastos del primer uniforme", dice el afiliado.
Indica que en este momento se realiza el proceso para comprar el segundo uniforme escolar, expuso.
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