PARO DE TRANSPORTE, EXPRESIÓN DE INSEGURIDAD NACIONAL

Cinco días de irregularidad en el servicio público de transporte de pasajeros, han sido suficientes para que el pueblo salvadoreño aprenda lecciones:

• – Que las pandillas se fortalecieron, durante la tregua, de modo tal, que ahora, ya no sólo se enfrentan a policías y soldados, si no demuestran capacidad de paralizar el servicio público de transporte;

• – No se dejó ver la solidaridad de los partidos políticos, principalmente de los más grandes que, en épocas de campaña sacan a la calle centenares de vehículos y, el día de las elecciones, ya no se diga;

• – El Gobierno, no cuenta con un plan de contingencia efectivo: No se pusieron a la orden del pueblo trabajador, todas las flotas de vehículos que tienen los ministerios, y demás instituciones públicas;

• – Sólo el primer día de la semana laboral, 7 conductores del servicio público de transporte fueron asesinados por incumplir el llamado al paro, hecho por supuestos pandilleros;

• – Las escuelas públicas, con pocos estudiantes presentes y con la ausencia de varios docentes; mientras tanto, el Ministerio de Educación, sin mensaje claro para este sector;

• – El efecto cascada del paro, golpeó fuertemente al país: Altos costos de transporte; enormes trabazones; llegadas tardías de empleados públicos y privados; programas de estudio, estancados; negocios paralizados, etc.;

• – La anarquía que impera en el país, parece importarle poco a algunos funcionarios y políticos: El Ministro de Seguridad y Justicia está, mediáticamente, desaparecido; el presidente de la República, abandona el país; lanzan diferentes “cortinas de humo” (Golpes de Estado, demandas por violación a privacidad, propaganda gubernamental aprovechando la crisis para anunciar el traslado de dos pandilleros a Zacatraz, etc.) para distraer a la población de los verdaderos problemas del país y para tomar decisiones impopulares como aumentar cuota de ISSS (sin mejora del servicio) y, preparar condiciones para la aprobación del Proyecto de Ley de la Función Pública y Reformas al Sistema de Pensiones, entre otras decisiones nocivas para la población.